Lanoviadolescente - versión 1: icer

i.miraba al escenario con escepticismo, con los ojos de quien no comprende nada, con la convinción de que aquello no le gustaba nada. “No entiendo que puede ver la gente en Los Planetas” espeto, y dos cabezas se le volvieron como un resorte aniquilándole con la mirada,”Lo siento, es que no me gustan nada”, trato de justificarse, “No, si nosotros estábamos pensando lo mismo”, esto supuso para él un alivio y un acto de comunión con el mundo, era todo un respiro no sentirse raro entre aquella marabunta de “gafapastas fumahierbas” que acompasaban sus cabezas al ritmo de la batería y los incomprensibles sonidos que salían de la boca de aquel pretencioso hombre de pelo rizado que ocupaba el centro del escenario. “¿Dónde andará el Sr. Rubio?”, se preguntó, entonces recordó que hacía tempo había desaparecido entre la multitud para conseguir un buen sitio cerca del tío de los rizos y dar rienda suelta a su entrega devocional a aquel pop aséptico e insustancial. Por un momento se deprimió, hacía frío y el efecto del alcohol empezaba a difuminarse, la música tampoco ayudaba nada, de repente una voz en la espalda, una presencia, “¿Han tocado ya “Un cumpleaños especial”?” se oyo, “No lo se, a mi estos tíos no me gustan nada”, una chica menuda de grandes ojos, cándida sonrisa y corto cabello oscuro se parapeto a su lado, la ofreció del cachi de cerveza que sin saber muy bien como, había llegado hasta su mano, ella aceptó de buen grado, hasta la música parecía un poco menos deprimente a su lado; junto a ella, otras dos muchachas de alegre presencia, lozanas y jóvenes, aunque bastante más retraídas, conversaciones olvidables, presentaciones, … cuando volvió los ojos hacia el escenario, su amigo Ki estaba hablando con ella, no recordaba su nombre, i. era muy malo para los nombres, más cerveza para combatir el frío, un conato de baile bastante absurdo, en verdad el mero hecho de bailar siempre le había parecido algo sin sentido. “Debo llevar el coche a casa”, pensó. Final del concierto, risas, el Sr. Rubio apareció eufórico de entre la multitud, le acompañaban su hermano y su novia, sin duda habían disfrutado, i. le manifestó su auténtica desilusión para con el grupo, pero todo era anecdótico, estaba siendo una gran noche. La fiesta podía continuar bajo techo, al menos allí haría menos frío, una copa no estaría mal, luces y distorsión, un sonido espantoso, un grupo cuyo nombre i. no quería recordar, los ojos comenzaban a pesarle, las piernas ya no le respondían, las dos jóvenes habían marchado livianas hacia el camping, quedaba ella y su amigo ki. que parecían sumidos en una relación algo más que amistosa, ki. reía continuamente, ella no parecía cansada, i. se entregó un poca más al furor de la noche, cerró los ojos y trató de brindar un poco más de comunión con el entorno, era muy tarde, el grupo había quedado reducido a pocas unidades, “Habrá que ir pensando en volver a casa” dijo, y sorprendentemente todos estuvieron de acuerdo. Risas y eufórica resaca, buenos momentos, i. trató de serenarse para coger el coche, se subieron Ki, Sr. y la chica de dulce sonrisa, al salir las bolsas escondidas bajo el coche rozaron escandalosamente en los bajos , i. había aprendido hacía ya tiempo a no sufrir por lo que le pudiera pasar a su coche, pero cuando llegó la hora de bajar el pronunciado bordillo pidió gentilmente a Ki y Sr. que abandonarán momentáneamente el coche, los amortiguadores parecieron agradecerle aquella descarga de unos 180 kg., la chica de la dulce sonrisa, sentada en el asiento trasero, un tanto alterada le pidió que acelerara y dejara allí a sus dos compañeros, i. sonrió, en verdad lo único que deseaba en aquel momento era parapetarse entre las sabanas de su cama, frenó en seco y Ki. y Sr. volvieron a subir, llegaron hasta el camping, un recopilatorio de The Cure como telón de fondo, la chica debía irse, se despidió cortésmente y bajó del coche junto a Ki., hablarón por un rato, se besaron , ki volvió a subirse al coche. “Tiene 21 años” afirmó, y i. y el Sr. no pudieron reprimir una ruidosa carcajada. Vuelta a casa, un nuevo beso, esta vez de los bajos del coche contra las vías del tren en el paso a nivel…. Sueño, fundido en negro.

4 de la tarde del sábado, i. se encontraba sorprendentemente animado, algo cansado y un poco resacoso pero de buen ánimo, llaman al teléfono, es ki, su voz suena como proveniente del más allá, quiere salir, hacer algo, tomar vinos, el Sr. Rubio y compañía duermen… “¿a las cuatro de la tarde?”, por un momento pensó en un sí pero su conciencia le dijo que sería mejor echarse un rato, la noche será larga, charlan animadamente acerca de la otra noche, las copas, los Deluxe y su canción tontorrona, los porrillos, la noche que se viene encima, Divine Comedy, Alaska una vez más, … sueño … fundido en negro.

Otra vez el teléfono, es el Sr. , esta noche i. no quiere coger de nuevo el coche, aún debe tener los bajos escocidos de la noche anterior, planes para esta noche, se pregunta si K. habrá quedado hoy con aquellas jóvenes, las dos más dulces apenas debían superar los 18, piensa, la morena de grandes ojos parecía algo mayor, le pregunta por ella, si ki ha quedado esta noche con su joven amiga, su novia de instituto, LANOVIADOLESCENTE, ambos se rien, sin ser plenamente conscientes ha surgido algo, a los dos les parece genial, el Sr. Rubio llevará el coche esta noche, comprarán bebidas y se entregarán a una nueva fiesta; tal vez piensen en hacer algún blog inspirado en todo aquello, i. no está muy seguro de que es eso pero le parece apasionante, noche otra vez, más conciertos, alcohol y maría, The Divine Comedy suenan apasionados, Ki no parece muy entusiasmado, luego llegarón Ladytron, otra vez entregados a estúpidos bailes, Alaska de riguroso blanco, frío, noche, sueño,… fundido en negro.