Anoche me quede estudiando hasta las dos y media de la madrugada, no servia para nada, la suerte estaba echada, hiciera yo lo que hiciera, pero era una forma de ocupar mi mente y no pensar en el examen en el que tanto me jugaba hoy. Tras varias tilas y valerianas, decidi que igual estaba preparado para irme a dormir, vueltas en la cama, sueños agitados y un inmisericorde despertador que suena a las ocho de la mañana, mente en blanco, trato de recordar algo, no consigo recordar ni quien coño es el defensor del pueblo. Me ducho, me afeito, aun zombie desayuno y me tomo una tila. Dirijo mis pasos hacia el instituto que la comision permanente de seleccion, ha elegido para celebrar las oposiciones esta año en mi ciudad. Muchas caras conocidas, a ver si aprobamos ya... Los mismos comentarios año tras año, que si vas bien, que si estas nervioso, que como lo llevas, la gente tratando de tirar por lo bajo, por si falla no quedar mal, con sinceridad respondo que no sé como me saldrá, que estudiar he estudiado, pero que ahora estoy en blanco. Mientras se lleva a cabo el ritual del llamamiento, donde parece que a mala leche, la administración elige al tio/a con menos voz de todo su personal para realizar el llamamiento y no te enteras si estan llamando a un tal Hernandez o un Sanchez, entras enseñas tu dni, te dan tu formulario, te guian a tu clase como un corderito, te sientas y esperas, esperas y sigues esperando, cuando el calor y la desesperacion te estan consumiendo y sientes que tu prostata te da un toque (las chicas no tienen de eso, pero tambien mean), y dices ire al baño, total aun queda, aparece el tio de la administracion con los examenes y ya te esperas, y vuelta a esperar y seguir esperando, hasta que te dicen que puedes abrirlo, y escriben en la pizarra la hora de terminación. Primer vistazo, la primera en la frente me preguntan por el articulo 53.1 de la constitucion, menuda tocada de huevos, paso y sigo. Procuro no perder el tiempo contesto como puedo, termino y me sobran diez minutos, la tentacion de revisar es muy fuerte, pero hago caso a mi instinto y me cruzo de brazos. Ya en la calle el ritual se repite, mucha gente que quiere saber como te ha salido, pero la mayoria estan deseando oirte decir que muy mal, por suerte he olvidado lo contestado y no puedo decir nada, huyo de los corros donde la gente corrige los examenes con los apuntes. Me reuno con unos pocos que merecen la pena y me voy a tomar un par de cañas.
Este es el final de un año de estudios opositores y posiblemente el principio de otro año estudiando, o si tengo suerte el principio de mi vida como funcionario de carrera y ya no como interino.
Igual ahora que estoy un poco más libre, vuelvo a currarme un par de lineas.