lunes, 31 de enero de 2011

Disco de la semana: Stars of the lid - Avec Laudanum (1999)

Desde hace tiempo vengo durmiéndome con discos de Stars of the Lid (buena idea eso de la función “sleep”), un útil remedio contra el insomnio que hace que no recuerde buena parte de lo que vaya más allá del minuto quince y que me cueste distinguir un disco de otro.

Si hasta el momento no os he convencido de las bondades de la música ambient, no creo que SOTL os haga cambiar de opinión, ni que aporten nada nuevo al legado de Brian Eno, Harold Budd o Biosphere, salvo tal vez la aproximación a la música de cámara de sus dos últimas obras magnas: “The tired sounds of…” y “Their refinement of the decline”.

Controvertido el tema de la música ambient: ¿tomadura de pelo para chalados o exquisita válvula de escape? Pasando de adoctrinamientos; después de todo, como es posible que la música, la vibración del sonido en el aire en fin, sea capaz de despertar sentimientos de cualquier clase; si se piensa bien resulta absurdo, salvo tal vez el inexcusable odio que produce escuchar a Lady Gaga para cualquiera que no sea homosexual.

El lugar puede tener mucho que ver en el carácter de la música o al menos en lo que esta le hace sentir a uno. Estamos en Austin (Texas), de siempre me han resultado fascinantes los estados del medio oeste americano, ya sabéis: la Ruta 66, Las Vegas, el desierto,… Una pareja de mozalbetes universitarios (Brian McBride y Adam Wiltzie) matan el tiempo jugando a componer música en largos pasajes con la mirada puesta en el minimalismo ambient de Brian Eno y la herencia clásica electrónica de Henryk Górecki o Arvo Pärt.

Como me he auto impuesto al menos un poco de criterio para esta sección, he escuchado “Avec Laudanum” de principio a fin:



Comienza a modo de suite con ‘The Atomium’ (partes 1, 2 y 3). Desde el principio reconozco al Brian Eno de las misiones espaciales, notas serenas que se extienden; en la primera parte estamos en el largo y vacío pasillo de una fábrica un sábado por la tarde. Minimalismo asfixiante, aislacionismo. Al final se abre una puerta y salimos; la parte 2 sería una pieza para exteriores, más reconfortante, las variaciones son mínimas, sutiles; estos discos no llevarían bien los cambios bruscos. La tercera podría ser la parte aérea, a vista de pájaro contemplamos un paisaje industrial hasta que acaba de forma abrupta.

‘Dust Breeding (1.316) +’ tiene un tono solemne, misterioso; sería un tema de noche, cinemática eléctrica.

‘I will surround you’ envuelve, gira sobre si misma, nos engaña una falsa guitarra entre la maraña eléctrica. Al final, casi sin darnos cuenta, volvemos a donde empezamos, al perezoso drone ad infinitum de ‘The Atomium (part 1)’, de nuevo en el pasillo solitario de la fábrica; entre medias, un anestesiante viaje de la mente, una alucinación.

Tomando prestado el final de los post sobre libros de k: envolvente, gaseoso, perturbador.

1 comentario:

Kieleth dijo...

Bueno!!!! Icer a la carga de nuevo. Si señor, Stars of the Lid esan muy bien. Bien recordados!
Todo bien?