viernes, 12 de septiembre de 2008

Disco de la semana: Scott Walker - Walker 3 (1969)

La lista de ilustres admiradores de Scott Walker (Noel Scott Engel, 9 de enero de 1943, Hamilton, Ohio, aunque británico de sentimiento y adopción). puede acabar con las dudas del más recalcitrante de los escépticos. Marc Almond, David Bowie, Brian Eno, Radiohead, Jarvis Cocker (Pulp), Neil Hannon (The Divine Comedy), Sting y Richard Hawley entre otros aparecen en “30 th century man”, documental sobre la obra del autor, alabando las exquisiteces de un músico reivindicado desde los más diversos ámbitos de la música contemporánea. Artista misterioso y músico a contracorriente, Walker apenas concede entrevistas, nunca ha grabado videos y tiene auténtico pavor a los directos, de hecho no ha dado ninguno desde 1978; cuando a principios de siglo recogía loas a sus primigenios trabajos él se desmarco con un disco definitivamente anticomercial, arriesgado y cavernoso (“The drift”, 2006), su oscura voz de barítono seguía estando ahí pero ya no estaban ni su delicadeza pop ni su romanticismo ampuloso.

Entre 1967 y 1969 Scott Walker, una vez confirmada su separación de los Walker Brothers (no, no eran hermanos!) publicó 4 discos convertidos hoy en tetralogía de referencia del pop romántico y de nostalgia devastadora. Titulados simplemente Walker 1,2,3 y 4, representan un hito en la historia del pop que me tienen absolutamente atrapado desde hace unos meses. De ellos tal vez sea “Walker 3” el que mejor condensa la desesperación y la agonía fronteriza de su espíritu y aquel donde sus composiciones propias alcanzan un mayor grado de madurez y belleza compitiendo de tú a tú, si no sobrepasando, las habituales adaptaciones de temas de Jacques Brel.

Es triste reconocerse entre este tipo de cantos lisérgicos a la tristeza y el decaimiento, auténticos monumentos casi enfermizos al desamor, al paso del tiempo, a la incomunicación y al victimismo, historias de desheredados, de prostitutas y delincuentes, de perdedores vocacionales. El citado Marc Almond acertó de pleno al decir que Scott Walker podría cantar “The three mice song” (alguna canción infantil, supongo) y convertirla en la única canción en el mundo, incluso el “Cumpleaños Feliz” se convertiría en voz de Walker en un desesperado y agónico canto de tristeza por el paso del tiempo.



El disco arranca con “It’s raining today” (ver video arriba) y su perturbador ambiente sostenido a lo largo de todo el tema, como en los momentos previos a una tormenta, llueve sí, pero de momento no truena. Le sigue la deliciosa “Copenhaguen”, canto sin rencores a una relación marchitada y al anhelo por tiempos pasados (“And our love is an antic song for children carrousels”), después “Rosemary” y “Big Louise” y los rayos y truenos sin darnos cuenta convierten nuestra alma en una eléctrica tormenta; “We came through” y su frenética diatriba es un pequeño escampado, una tregua para nuestra marchita mente antes de la delicada “Butterfly”,”Two ragged soldiers” y “30 century man”; después “Winter night” y su afectada confesión “too many icy tears glisten for someone”, las mujeres son muy malas y hacen daño, llevado hasta el extremo y el folklórico candor de tierras patrias encontraríamos al histriónico Raphael, por cierto, amigo de Walker e imitador en tics y posturas dramáticas. Para acabar, su enorme homenaje al genial Brel con “Sons of”, “Funeral tango” y ya al final, cuando creíamos que asomaba un pequeño rayo de sol entre los oscuros nubarrones, llega sin concesiones el melodrama adinfinitum de “If you go away” que nos deja ese ensangrentado postgusto en la garganta, ese visceral malestar que nos recuerda que estamos dolorosamente vivos.

http://es.youtube.com/watch?v=LGAWtQsUymk&feature=related

Absolutamente empapados por la tormenta se hace el silencio, apagamos el equipo de música y tratamos, recobrando poco a poco la compostura, de reconciliarnos con lo cotidiano.

Una obra maestra sin paliativos ni fisuras.

1 comentario:

Kieleth dijo...

Sin paliativos ni fisuras te digo que el álbum me parece un mix de los moody blues con la voz de Frank Sinatra, porque voz tiene el tío para rato.

Por la mañana te leí y por la noche lo escuché, me quedo con la primera canción, imagino que por eso de la impronta de tu video.

Qué bueno leerte, pequeñas islas...