viernes, 22 de mayo de 2009

Disco de la semana: Depeche Mode - Violator (1990)

Tal vez sea este uno de los discos que más vueltas haya dado dentro de mis reproductores de música, y uno de los que más ha pasado por las manos de amigos, allegados y desconocidos. Y tal vez sea uno de los mejores ejemplos de cómo la comercialidad y el éxito, no siempre tienen por que estar reñidos con la calidad y el reconocimiento crítico. Y me pregunto que diablos ha pasado en estos últimos 20 años para que ahora en las radio fórmulas, en vez de “Personal Jesús” o “Enjoy the silence”, suenen los Jonas Brothers o Estopa; y me aterra pensar que, como hace esos 20 años, no existiera Internet, y sólo tuvieramos acceso a los productos prefabricados y demas engendros de los 40 principales y OT.

“Violator” es la cumbre de un grupo adelantado a su tiempo, de unos músicos que supieron sobreponerse a los excesos y horteradas de una década (los 80) y de un género (el tecno pop (sin hache), el synth pop, el pop electrónico, o como queráis llamarlo), bastante denostados y poco reconocidos. Naturalmente, DM emparentan más con Kraftwerk y otros pioneros en el uso de sintetizadores y samples, que con los nuevos románticos (Duran Duran, Spandau Ballet,…) o los one hit wonders de la época. Kraftwerk serían los abuelos de la música electrónica y DM los padres.

Cualquiera de los nueve temas del disco pudieran haber sido singles de éxito:

Abren con la electrizante “World in my eyes”, pura vitamina pop, bailable e instantánea, “Déjame mostrarte el mundo a mi manera” dicen.

Luego viene “Sweetest perfection”, áspera y difícil al principio, pero después, no se sabe muy bien como, entra de un modo sedante y perturbador, canta Martin Gore (compositor oficial de todos los temas), su voz es algo más edulcorada y menos grave que la de barítono de Dave Gahan, cantante principal y líder carismático, estereotipo de la estrella rock atormentada, entre un Freddy Mercury heterosexual y un Axl Rose sin melena.

“Personal Jesus” mezcla de un modo ambiguo como ningún otro tema, los dos leiv motiv del 90% de las canciones de DM: el sexo y la religión. En su día, se las tuvo que ver con la censura británica, es una especie de tema “sexuespiritual” grande en su dualidad: no es lo mismo escucharla en un concierto de la banda con la entregada audiencia voceando el estribillo, que en versión acústica vía Johnny Cash moribundo. Pues eso… “Reach out and touch the faith”.

“Halo” es otro de esos temas con estribillo sugerente y tarareable; llama la atención, como en todo el disco, lo ampuloso y cuidado de la producción, de la mano del otro lado del triángulo equilátero de la banda: Alan Wilder, un animal de estudio, capaz de pasarse días enteros encerrado en busca del efecto oportuno para cada canción. Su marcha en 1995 se notó y de que manera; pese a la recalcitrante ceguera de los fans más acérrimos, escuchar las bases asépticas e insípidas de su último “Sounds of the Universe” (2009) es una triste confirmación de cuan importante era Wilder en el grupo.

“Waiting for the night”, balada de terciopelo cuidada al detalle. Conmueve sin llegar a empalagar.

Después el otro bombazo del disco: “Enjoy the silence”, el single perfecto, un clásico instantáneo. En las demos iniciales se trataba de un tema lento con ligero acompañamiento de órgano, Wilder la transformó en un medio tiempo con base electrónica e inmortal acompañamiento de guitarra. Un estribillo con vocación antiestress y el magistral video a cargo de Antón Corbjn hicieron el resto. No conozco a ninguna persona, ya sean iniciados, puristas o neófitos, a la que no le guste esta canción.

Después del interludio escondido (“Crucifix”) que pone fin a “Enjoy the Silence” entre efectos fantasmagóricos, entra “Policy of truth”, potente, bulliciosa y un tanto estridente en el conjunto del disco, las ventajas de saber mentir.

“Blue dress” es el otro regalo de Gore, de nuevo sobre esa estrecha línea que separa lo sublime y lo cursi; pero finalmente acaban saliéndose con la suya.

Para acabar: “Clean”, otro medio tiempo marca de la casa, sorprende la letra en una época en la que el grupo se precipitaba a tumba abierta por la pendiente de los excesos y vicios inherentes a toda estrella de rock: drogras, alcohol y demás miserias estuvieron a punto de acabar pocos años después con el grupo y con la vida de su cantante.

Como seguramente todos conoceréis “Personal Jesus” y “Enjoy the silence”, si aún no habéis visto el video de esta última no se que hacéis que no corréis a rebuscar en el youtube. He elegido como documento visual el video de “Clean”, mi tema favorito del disco, la imaginería vía Antón Corbjn, el otro miembro del grupo en la sombra, confirieron al grupo una imagen a años luz del “Casio-teen-pop” de principios de los 80.

(Como, aunque parezca increible, no encuentro el video oficial de este tema en el youtube, meto el de "Halo", también de Corbjn).




Por último, una observación: Entre 1989 y 1990, los grandes clásicos de los 80 publicaron sus mejores trabajos: De esta época son también el “Disintegration” de The Cure, el “Technique” de New Order, el “Achtung Baby” de U2 o el “Behaviour” de Pet Shop Boys. Lo que han hecho estas bandas desde entonces, sobre todo a partir de mediados de los 90, es algo que no nos merecíamos ni nosotros, ni ellos mismos manchando el nombre de una trayectoria y un repertorio sagrado. Como dijo el clon de Robert Smith en Muchachada Nui: “Un día ví un punto de luz que se alejaba poco a poco en el horizonte, era mi talento”.

2 comentarios:

Kieleth dijo...

La de veces que he podido escuchar este disco, Policy of truth es una de mis favoritas de todos los tiempos.

Oleeeeeeeeeeeeeeeeeeee, queda menos para ir a los Madriles...

Anónimo dijo...

discazo de pendejo lo eschuba siempre ahora lo tengo medio olvidado pero de vez en cuando le pego una oida